Ha vuelto
7/27/20172 min read
¿Qué es lo que me ha mantenido con vida todos estos años? Sin duda el amor de mis seres queridos, la esperanza de un mundo interior tranquilo, en paz y la pasión por las cosas que al hacerlas aletean en mi pecho como miles de murcielagos inquietos al percibir el dulce aroma de la fruta. Pero vivir con depresión hace todo más dificil de lo ordinario, te vuelve un eco sin voz propia que resuena en las paredes de un vaso de cristal que al final del día termina por romperse al igual que tu cordura.
Se que todos tenemos un reto, un desafío que hace a la vida borbotear intensamente, pero la depresión no es uno de ellos. Esta hija de puta lo único que hace es privarte de todo aquello que dia a dia te mantiene motivado, secuestra tu capacidad de amar y sentirte amado. Un beso de mamá, un saludo de tu hermana, una bienvenida estrepitosamente juguetona de tu perro, y la cena preparada por papá como gesto del amor y cariño que siente por ti.
La semana pasada vi a mi psiquiatra y después de que me evaluara con una serie de preguntas que te enfrentan a una verdad dolorosa, llegó a la conclusión de que otra vez estoy en depresión. «Hija de puta» pensé, ¿cómo fue que pasó?. Desde hace unas semanas no estoy bien, es cierto, pero como desesperada me aferré a lo imposible para no volver a caer en su espiral de locura. Retomé el ejercicio, busqué a mis amigos, dibuje, fluí con mis emociones hasta hacer lo imposible para no dejar ni un segundo de sentirlas, seguí al pie de la letra mi tratamiento médico, arreglé mi cuarto, me abrí a la gente y ¿para qué?, «para nada», dos palabras que a la fecha no dejan de girar a mi alrededor, no hay belleza, ni calidez, ni un sentido para seguir adelante.
Se que ya he estado aquí antes y que he salido victoriosa, pero el volver a este punto me hace odiar todo a mi alrededor y a mí misma. Ver gente sonreir y pasarla bien, disfrutando de lo bello que se que está afuera me hace desear estar muerta. La vida, la naturaleza, la sonrisa de un niño pequeño me matan de dolor. No puedo seguir adelante, no. Todo ha perdido su sabor y su brillo. Estoy cansada todo el dia. La comida sabe a nada. Lo bello ha dejado de serlo. Mi mundo está en ruinas y no puedo hacer nada para recuperarlo.
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